“Por lo menos vivo en la Mascherano... a algunos les molesta haber quedado en la Higuaín, que se erró el gol”, analiza Fernando Arias, contador y vecino del barrio Portal de El Chañar, ubicado al este de la capital sobre la ruta 304. Hace un año que se inauguró este barrio de 180 viviendas y hace dos meses las calles fueron bautizadas con el nombre de los jugadores de la Selección Nacional que participaron de este mundial. La calle principal lleva el nombre de Javier Mascherano, quien se erigió como el favorito del mundial.
Nancy Quiroga vive justo frente a la plaza del barrio, sobre la calle Sergio “Chiquito” Romero. Ella está conforme, cuenta, mientras deja la plancha sobre la mesa. “Mi marido dice que le hace acordar a que casi ganamos. No le gustó mucho la idea; hay gente que se burla”, explica. En cada cuadra del barrio la iniciativa ha generado opiniones a favor y en contra. “Mi hermana vive sobre la Di María y cree que eso es una buena premonición porque su hijo juega en el mismo puesto que ese jugador”, dice Nancy.
Pero hay un dato que a la platea femenina le inquieta: la calle Ezequiel “Pocho” Lavezzi brilla por su ausencia. Nada del jugador más aclamado y más googleado por las mujeres durante el mundial de Brasil. Nada que permita rememorar sus múltiples tatuajes ni su abdomen esculpido. “Eso es por machistas”, coincidieron algunas vecinas a las que les hubiese gustado decir que la calle Lavezzi era la suya.
Los varones se ríen. “Es verdad, no está”, dice Fernando. “Mejor, porque si no todas se hubiesen peleado por que les tocara esa calle”, bromea.
A Silvia Pérez, que tiene un almacén en su casa, le hubiese encantado vivir sobre Lavezzi, la calle. Pero le tocó el Ángel “Fideo” Di María. “Al principio nos causaba un poco de gracia. Algunos bromeaban con: ‘¿A quién le tocará Messi?’. Otros estaban en contra porque no les habían consultado”, comenta.
Sobre la calle Messi, también frente a la plaza, Ricardo Nieva riega la vereda. No le mueve ni un pelo vivir sobre la calle que lleva el nombre de uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo. Si le hubiesen consultado, él habría preferido el nombre de un prócer o de un árbol. Por ahora, le preocupan más los dos focos del alumbrado público que están quemados hace casi un año y que nadie de la comuna, que depende de Carlos Salazar, fue a reparar.
Fernando considera que Atahualpa Yupanqui o Mercedes Sosa hubiesen sido buenos nombres para su calle. Pero no le cae mal estar sobre Mascherano porque por ese nombre los de la pinturería seguro que encuentran rápido su casa para entregarle el pedido. “Les hice un croquis y no me creían cuando les explicaba que vivía en Mascherano y Maxi Rodríguez”, se ríe. Hacia el fondo, la calle Sergio Agüero, marca el límite del barrio.